Asimismo, el especialista destaca que los factores asociados a los problemas de salud mental están interrelacionados y tienden a formar un círculo vicioso donde el deterioro físico y emocional se aumenta mutuamente.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú existen más de 4 millones de adultos mayores. Este grupo etario enfrenta diversos desafíos que afectan su calidad de vida y bienestar, uno de los principales son las condiciones de salud mental como la depresión y la ansiedad, las cuales se acrecentarían aún más debido a la soledad y al aislamiento social a la que se enfrentan.

Según el Dr. Eduardo Carcausto, médico internista de Sanitas, en el Perú más del 20% de los adultos de tercera edad sufre de algún tipo trastorno mental, los cuales en gran parte no son diagnosticados o tratados de forma oportuna, debido a que los síntomas se confunden con otras condiciones o pasan desapercibidos. 

«Factores como la pérdida significativa de la capacidad intrínseca, el duelo o la disminución del sentido de propósito tras la jubilación, así como las afecciones físicas y la falta de acceso a servicios de calidad, son determinantes en el desarrollo y agravamiento de los problemas psicoemocionales en esta etapa de la vida».

Asimismo, el experto añade que estos factores están interrelacionados y tienden a formar un círculo vicioso donde el deterioro físico y emocional se aumenta mutuamente. «La pérdida de movilidad o la disminución de las funciones cognitivas pueden intensificar el desgaste psicológico, mientras que el estrés en altos niveles puede impactar negativamente la salud mental y física de la persona».

En esa línea, El Dr. Carcausto subraya la importancia de que familiares y los cuidadores de los adultos mayores permanezcan atentos, realicen un seguimiento constante y busquen un tratamiento adecuado y oportuno, con el fin de prevenir complicaciones que puedan afectar su salud. «En esta etapa de la vida, es crucial que las personas reciban una atención integral, ya que además de las afecciones mentales, también están expuestos a otras patologías, como enfermedades crónicas, respiratorias, trastornos musculoesqueléticos, problemas de audición y visión, así como a diversos tipos de cáncer que son comunes en esta población«.

En ese contexto, en el marco del Día del Adulto Mayor, que se conmemora cada 26 de agosto, el especialista ofrece recomendaciones para preservar el bienestar de las personas de la tercera edad: 

1. Fomentar la socialización

Mantener conexiones interpersonales activas y saludables contribuye significativamente a la higiene mental y emocional de las personas de los adultos mayores. La interacción con amigos, familiares y grupos comunitarios puede ayudar a prevenir la soledad y la depresión, además de fomentar un sentido de pertenencia. Participar en actividades sociales, como clubes, voluntariado o eventos mejora la calidad de vida y promueve una actitud positiva.

2. Mantener una rutina diaria

Incluir actividades como ejercicio, pasatiempos y momentos de socialización puede ser altamente beneficioso. Además, una rutina bien planificada facilita una gestión eficiente del tiempo, reduce el estrés y promueve una sensación de estabilidad. Adaptarla a las necesidades y preferencias individuales garantiza que sea sostenible y placentera a largo plazo.

3. Asistir a chequeos médicos

En esta etapa de la vida, es primordial realizar revisiones médicas periódicas para identificar y tratar de manera temprana cualquier problema de salud emocional o físico. Las visitas regulares al médico permiten monitorear el estado general del adulto mayor, ajustar tratamientos y prevenir complicaciones. Los exámenes de rutina, que incluyen análisis de sangre, evaluaciones de presión arterial y pruebas de función cognitiva, junto con la atención de especialistas en salud mental, son esenciales para mantener una buena salud integral.

4. Promover la actividad física

El ejercicio regular es clave para preservar la movilidad, la fuerza y el bienestar general en los adultos mayores. Actividades como caminatas, estiramientos y movimientos de bajo impacto pueden mejorar la salud cardiovascular, la flexibilidad y el equilibrio. Es importante adaptar la intensidad y el tipo de entrenamiento a las capacidades individuales, siempre con la supervisión de un profesional de la salud si es necesario.

5. Estimular la mente

Participar en actividades como leer, resolver crucigramas, jugar juegos de mesa o aprender nuevas habilidades es esencial para mantener la agilidad intelectual. Estas acciones pueden contribuir a prevenir o ralentizar el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento. Además, estimulan la neuroplasticidad, favoreciendo una mayor flexibilidad mental y bienestar general.

Por otro lado, el Dr. Carcausto resalta la importancia de que todos los pacientes de edad avanzada cuenten con un doctor tratante de confianza que conozca su historial médico y pueda realizar un seguimiento continuo y oportuno de su tratamiento. Esto asegura una atención integral óptima y permite a las familias tomar decisiones más informadas sobre el cuidado del paciente.

Para más información sobre los servicios y programas de salud que ofrecemos en Sanitas, ingresa a www.sanitasperu.com.