Según el Ministerio de Salud, solo tres de cada diez peruanos acceden a exámenes preventivos. En el caso de las mujeres, este panorama es aún más preocupante debido a barreras económicas, como la dependencia financiera, que limita su acceso a los servicios de salud, y la postergación de chequeos por responsabilidades familiares. Además, factores socioculturales, como la reticencia a acudir solas a hospitales, reducen la probabilidad de realizar pruebas de detección temprana e incluso completar controles prenatales, dificultando una intervención médica oportuna.

“Los chequeos preventivos pueden disminuir la mortalidad entre un 30% y 70%, dependiendo de la enfermedad. Sin embargo, muchas mujeres siguen postergándolos debido a tabúes y estigmas”, afirma la Dra. Paola Díaz, médico general de Sanitas Consultorios Médicos. Pruebas como el Papanicolaou, la mamografía y los estudios de fertilidad aún están rodeados de prejuicios, lo que genera temor e incomodidad y retrasa su realización.

Ante esta realidad, fomentar una cultura de prevención y promover los chequeos médicos periódicos es clave para reducir la mortalidad y las complicaciones de enfermedades crónicas y oncológicas. “El cáncer de mama, cuando se detecta a tiempo, tiene más del 90% de probabilidades de curación, mientras que el cáncer de cuello uterino es 100% prevenible con controles regulares”, destaca la especialista. Además, la detección temprana de enfermedades cardiovasculares y diabetes, que afectan con mayor frecuencia a las mujeres, permite intervenir a tiempo y mejorar su calidad de vida.

En este contexto, la Dra. Paola Díaz detalla los exámenes preventivos recomendados para mujeres según su edad:

Antes de los 20 años

  1. Chequeo médico integral: Permite detectar a tiempo factores de riesgo y enfermedades. Incluye análisis de sangre, control de presión arterial, evaluación ginecológica, cardiológica, odontológica, oftalmológica y valoración por medicina interna. Se recomienda realizarlo al menos una vez al año.

Mujeres entre 20 y 30 años

  1. Detección del virus del papiloma humano (VPH): Principal causa de cáncer de cuello uterino. Se recomienda realizar exámenes ginecológicos como citología, colposcopia o ecografía vaginal a partir de los 21 años, con una frecuencia anual. Además, la vacunación contra el VPH es esencial entre los 9 y 26 años.
  2. Papanicolaou: Ayuda a identificar células anormales en el cuello uterino que pueden derivar en cáncer. Entre los 21 y 29 años, se recomienda realizarlo cada tres años.
  3. Exploración mamaria: Consiste en la palpación manual de los senos para detectar bultos o irregularidades. Se aconseja una exploración clínica cada dos años y un autoexamen mensual como medida complementaria.
  4. Panel de detección de enfermedades de transmisión sexual (ETS): Incluye análisis de sangre, orina y cultivos para detectar infecciones como VIH, gonorrea y clamidia. Se recomienda un chequeo anual o acudir al médico en caso de síntomas o cambios inusuales.

Mujeres de 40 años en adelante

  1. Densitometría ósea: Evalúa la densidad ósea y permite detectar osteoporosis o riesgo de fracturas, especialmente en la menopausia. Si los valores son normales, se recomienda cada dos años; si hay alteraciones, anualmente.
  2. Electrocardiograma y chequeo cardiovascular: Detectan enfermedades cardíacas de manera temprana. Se sugiere realizarlos anualmente, sobre todo en mujeres con antecedentes familiares de hipertensión o con factores de riesgo como obesidad y sedentarismo.
  3. Mamografía: Es clave para la detección temprana del cáncer de mama. Se recomienda hacerla cada año a partir de los 40 años, especialmente en mujeres con antecedentes familiares o factores de riesgo como desequilibrios hormonales o tratamientos previos con radioterapia.

Mujeres de 50 años en adelante

  1. Ultrasonido pélvico: Permite evaluar el estado del útero, ovarios y otros órganos pélvicos, ayudando a detectar condiciones como quistes, fibromas o cáncer. Se recomienda realizarlo anualmente o según indicación médica, especialmente si hay antecedentes familiares o síntomas asociados.

“Es fundamental que los chequeos preventivos se adapten a cada persona, teniendo en cuenta su historial médico, antecedentes familiares, enfermedades preexistentes, estilo de vida y factores de riesgo. Este enfoque personalizado permite optimizar los estudios, tomar decisiones informadas y garantizar un mejor estado de salud, reduciendo complicaciones e incluso previniendo la mortalidad”, señala la doctora.

En Sanitas, fomentamos una cultura de prevención mediante información, educación y acceso a una atención médica integral. Garantizar que más mujeres puedan realizarse chequeos periódicos no solo favorece la detección temprana y un tratamiento oportuno, sino que también ayuda a eliminar tabúes y mejora significativamente su calidad de vida.